El Diputado Nacional por la ciudad de Buenos Aires pudo comprobar, in situ, cómo funcionan en la provincia de La Pampa los cerrojos para ocultar información que puede comprometer a altos dirigentes políticos. Esteban Bullrich, legislador de Recrear, estuvo de visita en Santa Rosa preocupado por las ramificaciones locales del caso bautizado Skanska-gate ya que es, junto con su colega del ARI, Adrián Pérez, uno de los más firmes impulsores para investigar el Gasoducto del Norte, construcción que destapó una olla con tan fuerte mal olor que se siente hasta en esta provincia. Sus intenciones de buscar documentación o entrevistarse con los organismos vinculados al acueducto del río Colorado chocaron contra las sólidas puertas de los despachos cerrados. No hubo un solo funcionario pampeano dispuesto a acceder a su petición. Quizás, nuestros celosos pretores habrán pensado que por razones de jurisdicción no correspondía recibir al visitante, pero nadie se lo dijo. Este ataque de fervor federalista, de considerar al diputado porteño un intruso, le privó de información para seguir con sus investigaciones sobre el pago de sobornos que involucra a la empresa Skanska y a no pocos organismos del Estado, entre ellos la administración pampeana.La corrupción no es gratis, fue el mensaje que dejó el diputado de Recrear. Los dineros que se cuelan por esos agujeros negros a causa de la falta de control y del accionar impune de empresarios inescrupulosos y funcionarios venales le cuesta muy caro a la sociedad. Para dar un ejemplo contundente, el legislador dijo que sólo el caso de las “facturas truchas” del año 2005 involucró un monto de dinero suficiente como para equipar con computadoras al 80 por ciento de las escuelas pampeanas. ¿Se sabrá algún día cuánto dinero llegó a La Pampa en las famosas “valijas” y qué se hubiera podido hacer con esos recursos del tesoro público que se habrían desviado a bolsillos particulares?Fuente: Diario "La Arena".
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